El comprar un vehículo nuevo o usado es una experiencia sentimental. Existe el entusiamo y la emoción de conseguir un vehículo nuevo, la satisfacción y el orgullo de la propiedad después de completar una importante transacción de negocios, el temor de comprometer tanto dinero para una compra, y la preocupación acerca de si usted está recibiendo un "buen negocio". Todas estas emociones son rápidamente sustituidas por la frustración y la ira cuando empieza a darse cuenta de que se compró un vehículo defectuoso - un vehículo con defectos sustanciales o un mal funcionamiento que no parece ser corregidos.